El gran drama de ser comunicador en España, entendido éste como el profesional de la comunicación, no solo radica en la famosa crisis de los medios, ni siquiera en la endémica falta de corporativismo y desprestigio del periodismo, el auténtico mal de nuestra «perra vida» radica en que cualquier personaje dotado de un cursillo exprés o unas nociones básicas de comunicación, se cree capacitado para ser «responsable» cuando no «director» de comunicación o, simplemente, periodista. Lo que viene a ser denominado como INTRUSISMO. Algo de gran tradición en nuestra profesión y que ya ha sido objeto de mis iras en este blog.
A lo largo de mi trayectoria profesional me he encontrado, especialmente en el sector educativo (el que más conozco), con la persistente presencia de profesores de dibujo, informáticos, auto denominados expertos en redes sociales (por no hablar de otras denominaciones tan snobs que rozan lo ridículo) que se sienten capacitados para llevar con orgullo y sin sonrojo el título de responsables de marketing y comunicación. O, lo que es peor, que se permiten opinar, sentando cátedra, sobre cualquier aspecto sobre el mundo de la comunicación. De nada sirve estudiar una licenciatura en periodismo, ni mucho menos un doctorado (¿eso qué es lo qué es?), o un máster, con un par de tutoriales de Youtube y un par de posts leídos en algún blog ya tienen bastante.
Pues no, señores y señoras, la comunicación es algo muy serio y requiere de formación y experiencia. Es algo que se aprende en las facultades de comunicación o periodismo, que implica muchas horas de lectura, experiencia y estar siempre ojo avizor. El Periodismo conlleva grandes dosis de curiosidad, de estudio y reciclaje continúo. La comunicación está desprestigiada, al igual que el mundo del marketing o la carrera comercial, y así nos va. Luego nos quejamos de que los italianos o los norteamericanos sepan vender mejor sus productos, o lo que es más sangrante, que nos lo compren a nosotros y los vendan ellos mucho más caros. El desprecio endémico en el ámbito empresarial, político y educativo hacia la comunicación es responsable de nuestro atraso en muchas cosas. Esto no siempre es así y es la gran baza de muchas empresas e instituciones que haciendo lo mismo, o menos, que sus competidores saben que comunicar bien es ganar la partida a sus competidores y que no ponen en manos de cualquiera sus labores de marketing y comunicación.
Habría que preguntar a muchos de los desmanagers que ponen en manos de cualquiera la comunicación si pondrían a sus hijos en manos de médicos o profesores aficionados, si llevarían su coche a reparar al chatarrero, o si le encargarían su casa a un diseñador gráfico.
Cierto todo lo que dices. Me gustan los ejemplos finales, porque son esclarecedores. Como todos comunicamos, pensamos que sabemos ser profesionales del asunto. Es como si unos se creyese arquitecto porque levantó castillos de arena en la playa.