La prensa gratuita no estaba muerta, estaba tomando pintas

Distribuidores de prensa gratuita en Boston

Distribuidores de prensa gratuita en Boston

La pasada semana tuve la suerte de visitar Boston, ciudad de enorme trascendencia económica, cultural  e histórica en los Estados Unidos, no obstante por esos lares tuvieron lugar tanto los primeros asentamientos coloniales británicos, como el inicio del proceso revolucionario que terminó con la independencia. Probablemente, también se trata de la más europea de las grandes ciudades norteamericanas. Cuando visito países que, queramos o no, aún nos dan unas cuantas vueltas en unas muchas cosas, siempre voy con espíritu de aspiradora o de japonés, pretendo traerme en mi trolley  todo lo que pueda serme útil para mejorar y enriquecerme profesionalmente, por eso lo primero que hice fue visitar el MIT y Harvard y ver que se cocía en el mundo de los medios de comunicación bostonianos.

Una de las primeras sorpresas que me lleve fue ver la enorme cantidad de publicaciones gratuitas que se distribuían en la ciudad de los Celtics, a lo largo de los cuatro días que estuve allí pude traerme para España 16 publicaciones gratuitas, para muestra la foto con la que ilustro este post. A pesar de haber estado ya en otras ciudades norteamericanas como Nueva York o Chicago en ninguna de ellas vi tanta publicación gratuita. Sin embargo, no estaba en Alabama o en un poblado perdido de esos de la América profunda, estaba en la ciudad que vio nacer las primeras escuelas y bibliotecas públicas del país de las barras y las estrellas, que tiene adosada la ciudad de Cambridge con las dos universidades anteriormente mentadas y una de las rentas per cápita más altas de toda América.

Pero mi sorpresa no solo vino por encontrarme con los vistosos artefactos para la recogida de la prensa gratuita, mi sorpresa también vino por la diversidad de la temática abordada. Las había de todos los ámbitos, desde el diario internacional Metro, a publicaciones de ocio, inmobiliarias, pasando por las de espiritualidad holística, inmobiliarias, hasta había una de anuncios de contactos (Boston at Nite). En los campus del MIT y de Harvard me encontré con publicaciones muy bien elaboradas de distribución diaria de las propias universidades, más alguna hecha por estudiantes. En la próxima y “embrujada” ciudad de Salem me encontré con una revista local y un poco más al norte en North Rock pude hacerme con otra publicación de información comarcal.

En cuanto a la prensa de pago, me consta que el Boston Globe, su principal diario, no pasa su mejor momento y, según informa el NiemanLab está a la venta, pero, sin embargo, en las zonas residenciales no faltaba un periódico en la puerta de la mayor parte de los portales, lo que no deja de llamar la atención a un españolito que inmediatamente se imagina lo que pasaría en España con los periódicos depositados en las escalera o en buzón abierto de las casas.

Tras mi viaje y mi experiencia norteamericana me han asaltado varias preguntas: ¿No habían diagnosticado los gurús la muerte del papel? ¿No habían  certificado la inviabilidad de la prensa gratuita ante el tsunami digital? Pues quizá no estaba tan muerta la prensa gratuita y el papel, si no que estaba tomando pintas en un irlandés bostoniano o, a lo mejor, estaba ante una peculiar versión de Walking dead pero en papel.

About the Author

Víctor Núñez Fernández
Víctor Núñez Fernández
Director General de SchoolMarket, agencia especializada en Marketing Educativo y profesor en el grado de Periodismo en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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