Papa, ¿por qué no somos del atleti?

 Después de la gesta de mi atleti ganando la copa de la Europa League espero que esta pregunta sea la habitual de los niños a sus padres, cuando le insista en ponerle una camiseta que no sea la rojiblanca. Cuando escribo estas líneas aún no se ha jugado la otra copa que está en juego, y estoy seguro que la vamos a ganar, con todo mi respeto hacia el Sevilla. El atleti es así y ya lo dice el himno de Sabina “que manera de subir y bajar de la nube, que viva mi atlético de Madrid”, que no bajemos aún, esta afición se lo merece. Reconozco que cuando empezó la liga me temí lo peor, y lo peor huele a azufre y lo sabemos. Nadie daba un duro por este equipo, y alguien tiene la culpa de que nuestro atleti saliera del pozo en el que estaba metido allá por enero de este año. Ese alguien no es otro que Quique Sánchez Flores, yo diría que el hombre del milagro, el que les hizo creer a un grupo de hombres limitados, salvo unas cuantas excepciones, que eran mejores de lo que creían, que eran capaces de ganar.

Quique nos ha devuelto a los colchoneros, a los indios, a los rojiblancos, al lugar donde siempre nos tocó luchar por historia, por masa social, y por un sentimiento único que sólo se vive en el Calderón. Me gustaría contar un par de anécdotas para explicar la magia de una afición y de un club. La primera ocurrió hace muy poco, en el partido de ida contra el Liverpool. Delante de mi, en mi lugar habitual que me corresponde como abonado, había dos familias de alemanes con cinco niños de entre los 6 y 10 años. Cuando empezó el partido animaban al Liverpool y se alegraban con las jugadas de peligro del club inglés. El ambiente era precioso, el atleti jugaba bien y el público se venía arriba, cuando los nuestros metieron el gol el estadio reventó de jubilo. La gente empezó a cantar el himno, los niños miraban al público y algo les recorrió por su corazón en ese momento , el éxtasis que se vivía les había impactado, un virus se había inoculado en ellos. Los minutos pasaban y la afición no paraba de animar, cantar y botar, poco a poco los chavales aplaudían las jugadas del atleti, se levantaban, votaban como unos rojiblancos más, ante la estupefacción de sus padres. El proceso de metamorfosis de estos niños me hizo recordar emocionado, la trasformación de otro niño que hace casi 30 años fue con su padre y su hermano madridistas al Calderón, ese niño era de la Real Sociedad por admiración a los Arconada, Zamora, López Ufarte, etc- Era un Atleti-Betis, el partido acabo en empate, la afición del atleti como siempre se dejó el alma, al terminar el partido el padre le preguntó a uno de los niños “¿qué, os ha gustado?”, el niño miró a su padre y le dijo “me voy a hacer del atlético de Madrid”. Su padre pensó que era una tontería pasajera de su hijo. 30 años más tarde ese niño es abonado del atleti y les escribe estas líneas. ¡FORZA ATLETI!

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Víctor Núñez Fernández
Víctor Núñez Fernández
Director General de SchoolMarket, agencia especializada en Marketing Educativo y profesor en el grado de Periodismo en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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