Entrevista que realicé a Millán Berzosa, profesor de periodismo digital en la Universidad Francisco Vitoria y Dircom en Ideas4all, para la AEPG en noviembre de este año. Ideas refrescantes sobre periodismo y redes sociales en estos tiempos de tribulación y desánimo.
Millán Berzosa, pese a su juventud (34 años), se ha convertido en uno de los referentes del periodismo digital y las redes sociales en España (más de 15.200 seguidores con su perfil en Twitter @mberzosa). Profesor de Periodismo en la Universidad Francisco Vitoria y director de comunicación de Ideas4all, ha desvelado en una entrevista de Víctor Núñez, su visión sobre los momentos de tribulación que vive el periodismo actual y nos ayuda a desbrozar muchas de las incertidumbres que se ciernen sobre el sector de los medios de comunicación.
– La ‘tormenta pluscuamperfecta’ que sacude al mundo del periodismo con las nuevas tecnologías produce una sensación casi apocalíptica en los medios ¿Tan grave es? ¿Qué porcentaje podemos atribuir a factores exógenos y cuánto a factores endógenos?
Lo cierto es que ante cambios tecnológicos de calado desde hace más de una década y acentuados en los últimos años, muchas veces la respuesta ha sido mirar a otro lado. Y cuando haces eso, el riesgo es que los problemas se enquisten. Es el caso de los grandes conglomerados de medios en España, que llevan ya un tiempo hablando de integración y segregando en la práctica. Sin hacer mucho por unificar el discurso y su realidad. Esa realidad tozuda que te confiesan desde redactores hasta directivos en cualquier mano a a mano. Aunque luego la empresa diga que su marca es una, que su producto es único, tanto en la web como en el papel. O inviten a periodistas a que vean su redacción “integrada”, aunque las sillas estén vacías, y aunque los de la web y el papel ni se hablen. Esto es especialmente desalentador, sobre todo cuando la tendencia en todas partes es distinguir cada vez menos entre ‘periodistas tradicionales’ y ‘periodistas digitales’. Además, se echa en falta muchas veces proyectos periodísticos compactos, que incluyan a la redacción, no en términos de integración o no integración, sino en términos de que se la valore. Hablamos de poner en valor el trabajo periodístico. Y hacer equipo.
– Entre los factores que han provocado esta situación… aparecen las redes sociales
El escenario ha evolucionado y algunos medios lo han hecho a trompicones. Con el tema de las redes sociales uno tiene que escuchar cosas como que son fuente de noticias incontroladas, anónimas… que si las redes sociales son un riesgo. En vez de abrirse y comprender que, al igual que por otros canales, importa quién dice qué. Y que el factor de inmediatez y multiplicidad en el alcance ofrece unas posibilidades enormes, y en tiempo récord. Y que los lectores, la audiencia, tienen una capacidad de influencia poderosísima, probablemente mayor a la de cualquier tiempo pasado. Y que eso no es malo. Todo lo contrario. Eso sí, es algo a gestionar, y que es diferente respecto a épocas pasadas, en las que era mucho más difícil conocer a tu lector, saber qué quiere, y hacerle partícipe. Pues el caso es que solo se habla de peligros. O en el otro extremo, se escucha que van a matar a la profesión. Justo cuando, quizá, los periodistas son más necesarios que nunca. Para discriminar lo importante de lo accesorio, ver qué es relevante. Analizar, contextualizar, explicar… de manera profesional.
– Hace unos años todo el mundo creía que el futuro de los medios pasaba por la digitalización, sin embargo, el tiempo pasa y los beneficios no llegan, o si llegan son insuficientes ¿Qué deben hacer los medios para conseguir rentabilizar su apuesta en Internet?
En primer lugar, centrarse en el contenido. Con buen contenido puedes plantearte un modelo de negocio. Hacer páginas por hacer páginas es un modelo que dura dos telediarios. Lo que tarde el anunciante en descubrir que le haces trampas, que él paga por salir en la página de una noticia y lo que sucede es que sale en la petición de búsqueda de Google que lleva a una página, pongamos por caso, del tarot, del apartado “servicios” de la versión online del periódico. La crisis de los medios a veces es, también, una crisis de honestidad. La concepción de “somos un repositorio de publicidad” para mí es sintomática de que falta estrategia a medio y largo plazo.
– Sobre la distinción entre periodismo tradicional y periodismo digital ¿Es un error que está ayudando a agravar la crisis? O por el contrario ¿estamos ante dos discursos y modelos muy diferentes? Si fuera un gran editor, ¿qué primaría?
Hay de todo. Sobre la brecha digital, desde la falta de habilidades básicas de algunos periodistas a, también, la incapacidad manifiesta de muchos directivos que hace años dejaron de estar a la última y que, contra viento y marea, agarrándose a la silla, han logrado sobrevivir. Y los que, de un lado y de otro, hacen suya esa distinción entre periodistas, justo ahora que ese debate también se ha vuelto antiguo. Importa el periodismo. El contenido. Y de calidad. Cada vez más, sin etiquetas. Desde el punto de vista de la generación de contenido, el reto es contar buenas historias y contarlas bien. Contenido, contenido y contenido. Y escuchar y abrirse. Es absolutamente clave. Hay un periodismo con connotaciones y particularidades específicas en lo digital, pero el periodismo es periodismo con independencia de las etiquetas que lo acompañen. Y por cierto: ¿Y si todo esto lo hace un bloguero? Pues entonces habrá que plantearse que si su trabajo también es profesional, pues por supuesto debe ser tratado como tal, y ser remunerado. Hay una realidad cambiante fuera, que empuja, y un miedo interno al cambio que constriñe. Como editor, estaría volcado en que nadie en la redacción se quede descolgado. Y que ningún directivo se encierre en el despacho.
– En los últimos tiempos (sobre todo gracias a J. L. Cebrián) se habla del ‘tsunami digital’, sin embargo, las ediciones digitales existen desde mediados de los 90 ¿es demasiado lento este ‘tsunami’ o más bien se ha tratado de una lluvia fina?
Las ediciones digitales eran bastante limitadas a mediados de los 90 y a principios de 2000 se produjo un boom de medios específicamente en la red. Las grandes cabeceras han tenido numerosas oportunidades de ponerse al día y lo que sí hay que reconocer es que los avances han sido evidentes en estos años tanto en Elpais.com como en Elmundo.es. Aun sin llegar, ni de lejos, a lo que vemos en las grandes cabeceras del entorno europeo (Francia, Reino Unido, Alemania), sí ha caído esa “lluvia fina”. Mi opinión personal es que falta liderazgo, que se haga equipo y se contagie el entusiasmo por una profesión maravillosa y de gran utilidad social. En papel, internet, o donde sea.
– La gratuidad ha sido una de las claves del éxito de muchos medios digitales incluso de blogs y redes sociales, ahora parece que los grandes editores parece que reculan ¿cree que la culpabilidad de la situación la tiene la gratuidad?
Creo que hay espacio para modelos rentables tanto de pago como gratuitos. Y creo que buscar culpables en los modelos gratuitos es ver enemigos ficticios. Desde los micropagos por pieza consumida hasta las suscripciones. Si tienes buen contenido, ya luego te planteas lo demás. Hay muchos expertos en medición y monetización y cada vez menos gestores que ponen en valor el contenido, y así nos luce el pelo. Por otro lado, tradicionalmente e igual ahora, el grueso de ingresos en la mayoría de medios viene por la publicidad, no por lo que paga el que compra el diario.
– Como experto en análisis de uso del periodismo en internet ¿son rentables las redes sociales para los medios? ¿son rentables como soporte publicitario?
Las redes sociales son un brazo más de lo que ahora los medios pueden hacer. Y un campo ideal para demostrar su buen hacer. Pero el canal es una cosa y el fin otra distinta. Pensando en la promoción de los contenidos, es sobre todo en los grandes acontecimientos cuando se nota la influencia de las redes sociales. Los ciudadanos, las redes sociales… son aliados, y para el periodista debiera ser clave absorber con eficacia, separando el ruido de lo relevante. Eso se aprende. Igualmente, el contenido también se esparce con un efecto exponencial. Se consume contenido con enorme voracidad. Igual no todos leen todo, pero sí hay interés evidente por informarse. Si la pregunta es cuánto “dinero” genera un tweet, diría que ni lo sé ni lo considero especialmente relevante. El enfoque es otro. Prescripción de contenidos. Selección de contenidos. Dinamización. Con las redes sociales, el contenido fluye mejor.
– Por último ¿Qué consejo le daría al pequeño editor tanto en papel como en digital para intentar salvar la situación de crisis que vive el sector?…Where is the Money?
Le diría que sea realista. Que se especialice. Sectores de salud, seguridad o divulgación científica están viendo nacer modelos rentables. No es verdad que solo interese lo banal y lo escueto, ni tampoco que para tener éxito hay que buscar un contenido que interese a la mayoría. Que vea que hay nichos en los lugares más impensados. Que pruebe y que experimente. Que evite el periodismo declarativo, que cada vez aporta menos. Y si puede, por supuesto, que arranque con algún patrocinio.
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