Las dos Españas y la necesidad de crear una tercera.

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Uno de los libros más sugerentes y constructivos que he leido sobre laGuerra Civil ha sido Las tres Españas del 36 de Paul Preston. Este título cobra una gran actualidad en estos tiempos de agria polémica y Desmemoria Histórica. En está obra el hispanista inglés nos desvela una parte de España contraria a la guerra, pacífica y democrática y que, desde la izquierda y la derecha, sentían un profundo y verdadero amor por su patria y por ello no creían en el duelo a garrotazos como la solución a los problemas de nuestro cainismo tradicional.
Los momentos que vivimos actualmente en España, por mucho que se empeñen los apóstoles del Apocalipsis, no se parecen ni de lejos a los turbulentos años de la II República, pero sin embargo sí podemos encontrar detalles inquietantes: Leyes de Memoria Histórica unidireccionales, enfrentamiento diario entres los dos principales partidos, manifestaciones con ira, boicots a medios de comunicación, destrucción de la unidad frente a la amenaza terrorista, periodistas y empresarios de la comunicación que hablan de guerracivilismo, derecha extrema y ultra-izquierda, etc., etc… Todo este caldo de cultivo no sólo tiene su punto de origen en nuestro patólogico afán por tirarnos los trastos a la cabeza, sino, bajo mi punto de vista a cuatro factores coyunturales:

1. Las dramáticas y traumáticas circunstancias desde las que nació el gobierno actual, tras el atentado más brutal de la historia de Europa que no sólo provocó una gran conmoción social sino que produjó una profunda herida y desconfianza entre los dos grandes partidos.

2.  Como consecuencia de este primer factor, el PP no asimila bien su derrota y se lanza a una deriva para encontrar oscuras causas que justifiquen la famosa teoría de la conspiración.

3.  La estrategia antiterrorista del llamado Proceso de Paz del gobierno ZP ha hecho saltar por los aires el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo rompiendo la unidad tradicional de PP y PSOE contra ETA.

4.  La necesidad del PSOE de pactar con fuerzas políticas nacionalistas cuando no independentistas y antisistema, ha hecho que este gobierno abra el melón estatutario, melón que se ha demostrado que interesa más bien poco a los españoles pero que, sin embargo, genera una gran tensión con la manida y manoseada unidad de España.


Por todo ello, creo que es necesaria la revitalización de la tercera España, España siempre viva y quijotesca,  heredera de lo mejor de nuestra historia y propulsora de nuestra exitosa Transición.  Dicha revitalización debería dar paso a la creación de uno o dos partidos de centro (centro-derecha y centro-izquierda) que a través de su fuerza centrípeta arrastre a los sectores sociales más moderados del PP y/o del PSOE y que si no llegan a alcanzar el poder, permitan al menos ser partidos bisagra para alcanzar mayorías parlamentarias moderadas y de esta forma acabar con el nefasto bipartidismo o, lo que es peor, el mercadeo con fuerzas nacionalistas a las que más bien les importa poco la solidaridad  y el bien común de todos los españoles. Quizá iniciativas como la de Ciudadanos por Cataluña y su extensión por el resto de España sean el principio de la solución.

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Víctor Núñez Fernández
Víctor Núñez Fernández
Director General de SchoolMarket, agencia especializada en Marketing Educativo y profesor en el grado de Periodismo en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

3 Comments on "Las dos Españas y la necesidad de crear una tercera."

  1. Estoy contigo en que es un gran libro, pero te olvidas mencionar que esa tercera España que Paul Preston, y cuyo mejor ejemplo es Salvador de Madariaga, hubo de salir corriendo de esta cochiquera con forma de piel de toro para poder seguir siendo como eran, aunque desde ambas de las dos Españas se les abandonó, persiguió y atacó, como bien narra Preston que le sucedió a Indalecio Prieto, lo que pone de manifiesto, una vez más, que aqui, para vivier en calma, has de perder el cuerpo o has de perder el alma.
    Salú y distopia

  2. Sobre el diagnóstico de las dos primeras «españas», coincido en tres los cuatro puntos, no así en el del proceso de paz, donde creo que la ruptura del Pacto por las Libertades (y particularmente del punto primero, ese que habla de quién lidera la estrategia y quien la apoya lealmente) viene motivada por un motivo electoralista de la «segunda españa», no por ningún error (salvo la inacción), de la «primera españa».

    Dicho esto, si queremos posicionar en algo más que la crítica y la distancia respecto de las otras dos a la «tercera españa», tendrías que concretar sus acciones, ubicarla respecto a las causas. Causas como (el conflicto del que se deriva el problema de) ETA; (el hecho de que haya gente que no sienta) identificación con la nación española y las nacionalidades; (la eficacia de la responsabilidad que otorga la) descentralización y centralismo; (el cómo se conjuga la necesidad de mano de obra extranjera, la existencia de economía sumergida, y la percepción de inseguridad y deslegitimidad de la) inmigración, y por ahí seguido.

    Esto es, está bien ser el centro y pretender, por el camino de la crítica, la construcción de un espacio definido, pero su definición no puede nacer de la negación derivada de la definición de los otros dos.

  3. Avatar Víctor Núñez | 14/04/07 en 08:29 | Responder

    En mi artículo no trataba de postular los principios generales de un partido de centro puesto que ya están perfectamente desarrollados, los matices los aporta si el partido se escora un poco a la derecha (centro liberal) o hacia la izquierda (centro social). En ningún caso digo que no sea legitimo ser de derechas o de izquierdas, claro que se puede ser en una democracia de lo que único quiera ser siempre que se respeten las reglas de juego democráticas, lo preocupante es que los dos principales partidos españoles se hayan echado al monte en una carrera de insultos que les retrata como políticos de un nivel lamentable y que lo único que hacen es echar más leña al fuego cainita que siempre arde dentro de las almas de muchos españoles.

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